Sigo de lazarillo designado. Ahora a la paciente le toca la consulta con la Comisión de tumor. Solo mencionar esa palabra pone los pelos de punta. Pero es un paso imprescindible antes de subir a la mesa de operaciones. El quiste ovárico gigante que ella tiene obliga a una intervención, y es necesario estar preparados para cuanto pueda acontecer.
En el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro se cumplen todas las medidas de bioseguridad, desde el lavado de las manos, el uso del paso podálico a la entrada de la instalación, hasta el llamado constante a mantener el necesario distanciamiento entre los pacientes.
Previo a la entrada de la consulta de la comisión de tumores, un asistente revisa la lista de las personas que están citadas, después de lo cual les indica donde deben de aguardar a ser llamadas. En el salón de espera, los ventanales permiten una buena ventilación, además de ser pocas las personas allí reunidas, lo que contribuye a que no existan aglomeraciones.
El tiempo transcurre rápidamente. Las orientaciones de la doctora Raysa, quien es la especialista en Oncología del hospital, son precisas para cada caso. Le toca el turno a “mí paciente”, -sí, porque de tanto andar con ella ya me siento como parte de su historial clínico-. Al lado de la doctora Raysa vuelvo a ver al doctor Pedro Montes de Oca, quien es el Jefe de Servicios de Ginecología.
En esta oportunidad se realizan algunas precisiones necesarias sobre varios tratamientos quirúrgicos realizados anteriormente. Se le explica a la paciente el proceder que se realizaría en su caso, las posibles complicaciones, y se valora operarla lo más pronto posible; de forma que la próxima semana, de ya contar con una valoración aún pendiente, sea posible que tenga la fecha de ingreso.
Después de eso, quedaría el proceso de recuperación, y esperar el resultado de la biopsia. De ser negativo, pues felicidad, allí habrán concluido las idas y vueltas al médico, de lo contrario, bueno, mejor no anticiparnos, ¿no creen?
Pero, es imposible irnos de esa consulta, sin robarle un minuto a la doctora Raysa. Nuevamente, grabadora en mano, realizo un asalto inesperado, pero estoy seguro que muchos de los lectores agradecerán esta brevísima explicación sobre cuáles son las funciones de la comisión de tumores.
De antemano, le digo a quienes deban asistir a esa consulta que no se asusten, pues ello no significa que se tenga cáncer. Así lo expresa mi entrevistada cuando se refiere a las funciones de la comisión de tumores: “Es la que evalúa todos los casos que tienen una sospecha de una posible patología maligna. Ahí se decide, de acuerdo a lo que tenga en estudio el paciente, el posible diagnóstico y la posible cirugía que se va a hacer, por el equipo más adecuado para la patología de la que estamos hablando”.
“Aquí hay varios equipos quirúrgicos que están verticalizados en diferentes patologías, cada uno de ellos está especializado en lo que concretamente le puede hacer correctamente a un paciente. Hay algunos que están diplomados en el Oncológico, otros están especializados en Cirugía de Infertilidad, otros en Cirugía de Suelo Pélvico, y cada uno de esos pacientes llevaría una terapéutica distinta y un tipo de cirugía distinto.
“Por lo tanto, aquí se decide, quién, o qué equipo quirúrgico va a operar el caso, el cual sería el más adecuado y preparado de acuerdo al diagnóstico previo que tengamos del paciente”. Apenas ha sido un minuto y nueve segundos el tiempo “robado”.
Sé que afuera hay personas esperando su turno y no les quito más tiempo a los doctores, ni a quienes aguardan a ser llamados. Sin embargo, creo que lo expresado por la doctora Raysa puede servir para que muchos pierdan, aunque sea un “tantico”, su miedo a acudir al médico, pues cuando las enfermedades son atacadas a tiempo, las posibilidades de complicaciones, son menores.
Y a quienes les parece que el camino al quirófano es un tanto largo, recuerden que en cada una de las consultas previas a la operación se decide, buena parte del resultado de la misma.
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Hace un mes fui operada de mastectomia simple por los doctores Raiza y Pedro, puedo decir que el profesionalismo y el cariño son cualidades que los acompañan día a día. Les agradezco mucho al igual que a la anesteciologa y al personal del salón de operaciones todos son maravillosos. A todos ellos. GRACIAS