Sobre la meseta del laboratorio ya se encuentran listas variadas producciones, que muy pronto ocuparán sitio, unos pasos más allá, en el área de venta donde radica el anaquel destinado a la medicina natural.  

“Tienen muy alta demanda y si la población se suma al reciclaje de los frascos, podremos garantizar lo que usted ve aquí”, asegura la licenciada Caridad Vento, de la farmacia principal del municipio de Cerro, localidad habanera donde ha crecido paulatinamente la disposición de las familias, pero no puede descansarse en recabar el apoyo de las escuelas y las organizaciones en la comunidad, al decir de la jefa de servicios farmacéuticos allí, Daysi González García.

Los productos naturales gozan de una gran aceptación Foto: Lissette Martín

Justo en la entrada de una unidad de la capital, hay una amplia caja de cartón para que las personas depositen los pomos. La recubre una improvisada pegatina, cuyo mensaje advierte que “todo puede tener otra vida”, y que nos sumemos al reciclaje.

Eso es precisamente lo que defiende la Empresa Provincial de Farmacias de La Habana, con la campaña en favor de rescatar la recuperación de frascos en sus 375 farmacias comunitarias, establecido como política de la entidad desde junio último.

Nunca dejó de ser importante, pero ahora es mucho más, cuando están deprimidas las importaciones y los proveedores habituales no pueden responder a los pedidos de una empresa que anualmente demanda volúmenes millonarios de frascos, con el objetivo de darle salida a las producciones de medicamentos de origen vegetal y químico dispensarial que se comercializan en la red de la ciudad.

La directora técnica comercial de la empresa, la máster en ciencias Sonia Pérez Arrascaeta, agradeció la voluntad de las personas de apoyar, y la gestión de las farmacias que cada mañana aseguran las existencias. Incluso no faltan algunas que no esperan a recibir los frascos, sino que salen a buscarlos y establecen alianzas con policlínicos e instituciones hospitalarias.

“Hasta la fecha logramos aprovechar más de 830 000 envases; recibimos muchos más, pero esos son los que reúnen condiciones para reutilizarlos”, dijo, tras comentar que con lo recogido mensualmente solo cubren el 25 % de las necesidades, pero contribuye a paliar el déficit por falta de entregas de los suministradores, ante la situación económica que atraviesa el país.

-¿Qué características deben poseer los pomos?

-Precisamos que sean de cristal, de color ámbar y con sus tapas, y de las siguientes capacidades: 30, 60, 120, 240 y 500 mililitros, además de los de un litro. Resulta muy oportuno llevarlos limpios, pues aunque son higienizados, eso facilita el proceso.

“Los pomos son imprescindibles también para el Centro de Producción Local –CPL- de La Habana, dedicado a confeccionar productos terminados como jarabes,  tinturas, fricciones, gotas, ungüentos, cremas y champú, y también los volúmenes de materias primas que luego usarán los 106 dispensarios de la capital”.

Los frascos que entregue la población deben ser de cristal, de color ámbar y con sus tapas Foto: Lissette Martín

De acuerdo con el director de esta unidad empresarial de base, licenciado Pedro Pablo Güimil García, además de los apifármacos y fitofármacos que procesan, su colectivo elabora el hipoclorito consumido hoy en La Habana, apto para el consumo humano y la desinfección de agua, manos y superficies.

El técnico en Metrología y Control de la Calidad explicó que los frascos se clasifican en dependencia de si son vírgenes o recuperados, pero igual todos pasan por un protocolo que utiliza agua dura y destilada más detergente, y por último una solución hidroalcohólica al 70 %, a fin de garantizar la asepsia e impedir el crecimiento de gérmenes.

La directora general de la Empresa Provincial de Farmacias, doctora Dianelys Ávalo Fernández, informó que para el año venidero La Habana dispondrá de un nuevo centro de producción local que dejará atrás los inconvenientes que enfrenta  el actual, obligado a tener divididos sus procesos en varios sitios. La instalación de estreno se erige en el municipio de Playa -5ta y 174-, donde se concentrarán y modernizarán con tecnología los diferentes procesos –hoy son manuales-; allí se ha proyectado lo necesario para lograr elevar un poco más la permanencia de los productos naturales.

-¿Qué impacto han tenido los crecimientos de producciones para la COVID-19?                               

-La Habana concentra el plan de producción de medicina natural más alto del país. Con el enfrentamiento a la COVID-19, de marzo a la fecha los surtidos de medicina natural creció en unos diez renglones relacionados con las afecciones respiratorias; es el caso de los diferentes tipos de jarabes como el de orégano, naranja, cebolla, de aloe y otros, así como los melitos (base miel y una sustancia medicamentosa).

“Asimismo, se elevó de manera exponencial el hipoclorito, cuyo plan creció de 450 000 unidades a 3 millones; luego ha ido bajando hasta lograr la estabilidad que hoy  exhibe. Para que se tenga una idea, hemos consumido el nivel de frascos que podríamos haber utilizado en dos años”, aseguró Pérez Arrascaeta.

La medicina natural es una alternativa terapéutica que da salida a producciones para contrarrestar un grupo de patologías que no pueden cubrirse desde el punto de vista de la industria. Son seguras y tienen el mínimo de efectos adversos, por ello el país ha decidido emprender un plan ambicioso, cuya garantía se sustenta también en  la entrega oportuna de ese frasco que no debemos desechar, ni retener más en casa.