La lucha cubana, desde 1992, no se marcha de una cita estival sin conocer el sabor de un título. Lograr que ello se mantenga así en los Juegos Olímpicos de Tokio, es el principal objetivo de los federativos, entrenadores y atletas cubanos de ese deporte, según se dio a conocer en reunión efectuada con la prensa en el Salón del Deporte Cubano.

Luis de la Portilla, presidente de la Federación Cubana de Lucha, explicó que las principales esperanzas se encuentran en el fuera de clase de la especialidad grecorromana Mijaín López, quien aspira lograr la proeza de conseguir su cuarta corona olímpica. Junto a él se encuentra otro exponente de la lucha clásica, Ismael Borrero, quien estaría buscando su segundo pergamino olímpico.

Portilla agregó que otros atletas con potencialidades para alcanzar una presea en Tokio son Alejandro Valdés y Geandry Garzón, de la lucha libre, ambos con aptitudes para subir al podio.

Sobre la lucha femenina, la cual expresó viene desarrollando un trabajo ascendente, señaló existen oportunidades de al menos alcanzar una presea en la cita estival.

En la greco, además, hay otras posibilidades de medallas, como es el caso de Gabriel Rosillo y Daniel Gregorich, de ahí que “la lucha en el ámbito deportivo cubano tenga una responsabilidad muy grande con lograr esas dos medallas de oro, y entre cinco y seis de bronce”.

Las pretensiones de la lucha cubana como primer evento del venidero año son de participar en el Gran Prix de Niza, en Francia.

Sin duda, la lucha se propone altas metas. Nadie dice que no sean difíciles de alcanzar, sin embargo, conociendo la calidad de nuestros atletas, a nadie debe extrañarle que no solo cumplan con lo dicho, sino que incluso mejoren.

Aún hay para pulir cualquier dificultad y aumentar los rendimientos. Solo es cuestión de mantener los pies sobre la tierra y no cometer excesos que puedan llevar a una infortunada lesión. Recordar todos los días que el principal rival a vencer es uno mismo, constituye el primer paso, camino al podio.

Por ahora, quedamos pendientes de lo que acontezca en el Gran Prix de Niza, evento que dará nuevas luces, o sombras, acerca de la lucha cubana en Tokio.

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