Cuando aquel joven de apenas 19 años, zurdo, y con una cabellera rubia que lo delata a la distancia fue llamado a filas del equipo Industriales a la altura del partido 30, era un total desconocido para la afición de la capital. La ausencia de lanzadores de esa mano en la provincia y la fragilidad del staff, obligó a acelerar el normal desarrollo de esta joven figura, obligado por la necesidad a quemar etapas en su carrera deportiva.
«La noticia me sorprendió porque es el equipo con el que uno siempre ha soñado pero sabía que esa posibilidad existía por la carencia de zurdos en el equipo. Pensaba que eso me podía tocar en cualquier momento y estaba preparado mentalmente para eso», le declaró a Tribuna de la Habana.
Así llegó a vestirse Julio Rodríguez con el pesado traje azul de las letras góticas en el pecho después de haber tenido muy buenos resultados en su último campeonato nacional juvenil y haber descollado con su equipo de La Lisa en la primera categoría, donde llamó la atención de los entrenadores.
«Mis compañeros me acogieron de una manera fenomenal. Me han dado ese voto de confianza y me siento muy cómodo en el equipo. Creo que cuando esto sucede las cosas salen bien», confiesa.
Y claro que le han salido muy bien las cosas a este joven después de su debut aquella fatídica tarde en el mítico estadio Latinoamericano cuando regaló un boleto al único hombre que enfrentó en un partido donde los Toros camagüeyanos vapulearon a los felinos 15 carreras por 9. A partir de ahí Julio se ha encaramado en el box otras ocho veces, ha lanzado 16 entradas donde apenas le han podido anotar en tres ocasiones (1.69 PCL), los bateadores rivales solo han podido promediarle para 111 de Ave y ya logró la primera victoria de su carrera.
«Mi principal arma es dar strike. A los bateadores les cuesta más trabajo conectarle a los zurdos y trato de alternar las zonas para que ellos no puedan “llenar la bola”. Los de esta mano siempre van a tener ventajas. Es un ángulo distinto que los bateadores no están adaptados a ver con regularidad y no le conectan igual a la bola», nos dice.
Lo cierto es que este bisoño luce muy tranquilo en el montículo, bastante diferente a ese niño que jugaba en las categorías infantiles hace solo unos años atrás. «Antes era un poco impulsivo en el montículo y eso lo he tratado de controlar. Ahora estoy más tranquilo y concentrado y así se puede hacer mucho mejor el trabajo», reconoce el muchacho.
Siempre dispuesto, lo hemos visto muy activo en la banca integrado al conjunto en espera de una oportunidad para salir al terreno de juego, pero con la inteligencia necesaria para comprender que su labor debe ser dosificada.
«Creo que me he superado bastante en el corto tiempo que llevo con el equipo porque me he sentido muy cómodo y he cogido más confianza. No he tenido mucha experiencia previa en categorías inferiores y es a partir de aquí donde comenzaré a ganarla. Mientras más lance podré tener mejores resultados. Creo que puedo dar mucho más con una mejor preparación», explica.
Julio Rodríguez es ahora mismo alguien muy agradecido con la vida y con sus padres, quienes según nos confiesa siempre han apoyado su carrera, han confiado mucho en él, y le han dado consejos y una enseñanza para tener un buen comportamiento dentro y fuera del terreno.
«He cumplido ya dos de mis sueños: estar aquí en el equipo Industriales y obtener mi primera victoria con ellos. El tercer deseo es ser campeón y mucho más en mi primer año. Eso sería algo que me marcaría y sería recordado durante toda mi vida», nos confiesa.
Ahora, en la recta final de la fase clasificatoria, cuando los azules han enfrentado múltiples problemas que amenazan con dejarlos fuera de la fiesta de los playoffs; este lanzador no pierde las esperanzas de lograr el ansiado pase.
«Desde que sigo a Industriales siempre ha sido un equipo luchador y de finales. Cuando todos piensan que está muerto resurge y lo da todo. Por eso creo que vamos a clasificar y a dar más de lo que la gente espera», afirma.
Mientras tanto reconoce que los entrenadores van cogiendo poco a poco más confianza con él y que siempre estará preparado y dispuesto para hacer el trabajo.
«Quiero decirles a los aficionados que esperen lo mejor de nosotros, siempre nos vamos a entregar al máximo. Si tenemos que morir lo vamos a hacer luchando en el terreno. Esperen este año cosas buenas», concluye diciendo.
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Julio como otros pitcheo deben poner empeño al máximo y lis entrenadores de la capital trabajar muy pero muy duro con el pitcheo capitalino
FELICIDADES A ESTE JOVEN Y A LOS QUE INTELIGENTEENTE CONFIARON EN EL
Este muchacho tiene increíbles condiciones para triunfar en esta pelota.A pesar de su corta edad muestra mucha serenidad y madurez en el box..Se le nota muy seguro,guapo y confiado en su trabajo. Los azules necesitamos mucho de él..
Soy una persona con 79 años, así que tuve la oportunidad de disfrutar la Liga Profesional Cubana de Base Ball era simpatizante del Almendares( su color identificativo " azul " ) y como es lógico cuando empezó esta pelota me hice fanático de Industriales, representante de nuestra Capital la cual han sabido defender en el ámbito deportivo a capa y espada al igual que lo van hacer ahora como dice Carmona,confiamos en ellos como siempre. Yo al igual que muchos Cubanos que nos encontramos viviendo fuera del país confiamos en ellos y los seguiremos siempre hasta el último aut