Una pasarela de moda pudiera ser interpretada como algo menor, tal vez ligero, sin trascendencia…sin embargo, cuando a un desfile de modas se le pone un contenido social, cambia la mirada. Así sucedió con la iniciativa Soy Pepa by Lu, que unió a creadoras, emprendimientos y familias en una causa común visibilizar y apoyar la causa de las personas neurodiversas, con su participación.

Foto: Raquel Sierra

Con sede en la Fábrica de Arte Cubano (FAC), desfilaron prendas diversas: desde atuendos de playa hasta ropa informal para niñas, niños adolescentes y jóvenes –que también podrían usar otras edades-, que llevan diseños a partir de dibujos de una niña, junto con accesorios creados por la artista española Lucía Zabildea.

Según explicó Zabildea en un mensaje virtual, emplea un ícono, la Poppy –amapola, en inglés-, al que quiso darle un significado y extrapoló a diferentes materiales y, tras conocer a Pepa Blasco, surgió la idea de la pasarela conjunta.

Y si esa combinación de por sí parece interesante, habría que seguir contando: Pepa se adentró en el mundo de las artes visuales desde los dos años inspirada en su hermana mayor, Lourdis, con diagnóstico del espectro autista. “Pepa logra atrapar momentos en el tiempo donde su hermana y ella se unen en un universo inclusivo, lleno de colores y significado. La validación de Lourdis es lo que hizo posible que hoy estemos aquí. Lourdis no solo logró pasar más tiempo con Pepa, también jugó, reaccionó verbalmente a los dibujos de su hermana y se convirtió en la musa de su universo”, indicó el catálogo.

Y hay más: la iniciativa se concibió inclusiva -con la participación en el desfile de personas neurodiversas-, y benéfica, pues parte de lo recaudado se destinaría al Servicio de Atención Integral a los Trastornos del Neurodesarrollo, que funciona en el Hospital Pediátrico Docente Borrás-Marfán, en La Habana.

Foto: Raquel Sierra

Una idea genial y humana

Lourdes Dávalos, la madre de Pepa Blasco, la niña artista, explicó la génesis de todo: “bien pequeña, Pepa percibió que su hermana era diferente y que mediante las artes plásticas, las texturas y los colores, interactuaba mejor con ella. El arte, la pintura e interesarse por la moda fueron una forma de atraer su atención”. Entonces, le propuso a su mamá hacer algo para ayudar a otros niños como Lourdis.

De ahí surgió una empresa que lleva en sus prendas los dibujos de Pepa, en España, con ventas on line, y en Cuba, con una Mipyme. “Para nosotros era muy importante tener un impacto y sobre todo, intentar ver cómo podíamos ayudar más a lo que ya se estaba haciendo. La mipyme tiene una colaboración con el Hospital Borrás-Marfán, donde apoyamos a la unidad que atiende los trastornos del neurodesarrollo… y lo que quiere Soy Pepa es poder ampliar su apoyo”.

En esta línea de colaboración, explicó, ya hicieron una primera donación de literatura sobre autismo y cómo darles terapias a los niños, materiales didácticos y “con este evento lo que queremos es obtener ingresos que nos ayuden a seguir colaborando con ellos y las salas de terapia que quieren seguir desarrollando ahora”.

“Normalmente, los niños con autismo carecen de la habilidad de poder socializar adecuadamente e, incluso, poder hablar correctamente o solo hablar, como sucede con Lourdis… si Pepa no existiera, mi hija no fuera mi hija, fuera otra persona”, declaró Dávalos.

A su juicio, el impacto de una hermana como Pepa en una familia donde hay neurodiversidad – y la maternidad ya de por sí complicada-, “se te acrecienta y el apoyo de una niña como Pepa, con esa sensibilidad, con esa inteligencia emocional a esta edad tan temprana -que no es común-, ha sido determinante para que mi hija Lourdis haya podido estar en lo que ustedes han visto, poderse integrar y salir a una pasarela”.

Foto: Raquel Sierra

El valor de una iniciativa

La idea de unir Soy Pepa con la estética de Zabildea en un desfile benéfico, para el apoyo a la atención de personas con trastornos del neurodesarrollo, generó favorables reacciones.

De acuerdo con la doctora Yoysy Rondón Acosta, coordinadora del proyecto Atención Integral a los Trastornos del Neurodesarrollo, del hospital pediátrico Borrás-Marfán, la iniciativa de seguir uniendo emprendimientos genera mayor posibilidad de visibilización de autismo y de otros trastornos del neurodesarrollo. “Tenemos que seguir creando espacios para poder generar más conciencia en la sociedad para estas personas con un enfoque neurodiverso porque muchas veces lo que falta es información para que estas familias cuando salgan a la sociedad, puedan sentirse acogidas, reconocidas y comprendidas”, dijo.

Según la especialista, cuando una niña o un niño en edades tempranas tienen alguna alteración del neurodesarrollo, esta se puede manifestar con conductas que pueden ser vistas como malacrianza y eso hace que la familia se quede en casa y que estos niños tengan menos posibilidades de socializar.

La iniciativa de Soy Pepa de apoyar nuestra proyecto es muy importante en estos momentos, porque tenemos que crear cada vez más espacios en la sociedad para las familias con niñas y niños neurodiversos, que sepan que pueden llegar a cada espacio con ellos y “todas estas iniciativas nos ayudan a seguir visibilizando y concientizando sobre un tema tan sensible e importante“, destacó Rondón Acosta.

En la medida que logremos hacerlo, enfatizó, cada vez será más fácil incluir a las niñas y los niños, quienes luego serán adolescentes y adultos y tienen que tener un lugar en la sociedad.

Foto: Raquel Sierra

Para la doctora Tania Adriana Peón Valdés, jefa del Grupo Nacional de Psiquiatría Infantil, “es una oportunidad estupenda para poder visibilizar a todas aquellas personas que por determinada situación de discapacidad no siempre son ni bien comprendidas ni bien incluidas socialmente.

“El hecho de que exista esta iniciativa desde los dibujos de una niña y el aporte de una familia, que se logre hacer moda para toda la familia y que esos fondos sean utilizados en bien de esta población, es una iniciativa espectacular, es algo muy bonito y con un profundo sentido humano”, consideró.

La artista May Reguera también compartió sus impresiones: “Me ha encantado ser parte de la pasarela, me ha parecido súper lindo que hayan unido coro, niños de los talleres de Fábrica de Arte, niños con cualquier capacidad o diagnóstico de discapacidad determinado… ver esa alegría que se logra estando todos juntos compartiendo con alegría y mostrando alegría, pues me parece súper mágico y esperanzador”.

Reguera deseó que “proyectos como este sirvan para aportar, ayudar y seguir haciendo que espacios que no tienen tantas posibilidades, los mismos hospitales, específicamente el Borrás-Marfán, donde se diagnostica el autismo, tengan mejores herramientas y mayores espacios”. Por otra parte, celebró que la recaudación del evento vaya directamente al hospital para mejorar los espacios y destacó el aporte de Soy Pepa para que exista allí una biblioteca con bibliografía para que padres y familiares puedan aprender “porque hay que prepararse para enfrentarnos a una manera nueva de vivir”.

Yarelis Herrera, cofundadora del emprendimiento Sovi juguetes, que confecciona juguetes didácticos de madera, opinó que unirse a través de la moda y del arte por este tipo de causa, le da como otra vistosidad al hablar sobre autismo y necesidades educativas especiales, que se ve con otro colorido, sobre todo porque siempre se mira al trastorno y lo que este ocasiona y es preciso también ver los colores que hay detrás de un niño o de una familia que se supera.

Foto: Raquel Sierra

Delmys Chamizo Pérez es la mamá de Enrico, un niño de siete años diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista. Para ella, “participar en un evento como este pues es un paso adelante, porque de alguna manera estos niños, pero también adultos, necesitan ser vistos, la sociedad necesita saber que ellos existen y que de algún modo hay que empatizar.

“Es muy duro como niño, como madre y como familia que la ignorancia de no conocer que son sensibles, que necesitan el apoyo para ser felices, para que las personas acepten que no todos somos iguales, que necesitan aceptación, empatía y amor, porque con eso todo se puede”, compartió.

“Para sentir de verdad lo que sucede con estos niños, hay que ponerse los zapatos de las madres, de la familia y es muy importante que a través del fashion, a través de eventos como estos llegue a más personas que el autismo y otras discapacidades existen”.

Otras informaciones:

Una habitación propia para tres mujeres poetas